domingo, 2 de noviembre de 2014

ARBOLES GIGANTES DE CARRIZAL DE LUNA

                    A lo largo de la historia se ha demostrado que el hombre  tiene una capacidad enorme de alterar el medio que lo rodea tanto de una forma premeditada como inconsciente. Los cambios y alteraciones que progresivamente en el paisaje dependen en gran medida de la forma en  que la gente percibe su entorno y sobre todo en los objetivos y aspiraciones que tiene en relación con el uso,modificación y adaptación de ese medio a sus propias necesidades y requerimientos.
                 Por esa razón para comprender las interrelaciones que existen entre el hombre y su paisaje se hace necesario profundizar en la percepción subjetiva que éste mantiene con respecto al entorno donde realiza sus actividades vitales.
 
 
 
  I)   Introducción al tema.
 
Al no conocer o, a lo sumo, tan solo hemos podido recoger el eco de su recuerdo y existencia nos planteamos analizar su trascendencia.
                  Es el nexo de unión entre la naturaleza y el hombre, los árboles son necesarios para la humanidad desde su origen. Por su innegable utilidad práctica como fuente de  energía, de alimento y de madera con las que fabricamos diferentes útiles.
                  Entre las diferentes manifestaciones folclóricas relacionadas con este ancestro  culto al árbol aparece con los celtas y sin duda la más extendida por Carrizal, es la que se conoce  como “ plantar el Mayo”, es la fiesta celebrada cada primero de Mayo y, que conmemora la llegada del periodo estival. En ella los jóvenes del pueblo, salen fuera del  recinto urbano en busca de un árbol mediano, lo cortan y lo trasportan hasta la calle
 Cimera, lo hincan en el suelo con un muñeco en la “mota” todo ello se desarrolla entre canticos y bailes.
                   Por razones Biohístoricas,Geográficas y Orográficas etc. La flora de la Península es una de Las más variadas y ricas de Europa y, se calcula que un 15% pueden ser endémicas.
 
 
 
II)                Historia de la Tierra.
 
                   En el MIOCENO Medio, hace unos  15 millones de años, el clima del Mediterráneo era más caluroso y húmedo que el actual ( Subtropical) con una estación  seca.Las encinas estarían relegadas a los crestones rocosos y a los solanos más cálidos y secos.
                   Durante el PLIOCENO la tendencia a la aridez se acentúa aún más, el clima Mediterráneo, tal como hoy lo conocemos es muy reciente y esto favoreció el desarrollo de las especies. La Península se vio afectada solo parcialmente por las Glaciaciones. Únicamente el norte y las montañas elevadas y,  más acusadamente períodos fríos  y fenómenos PERIGLACIARES . La diversidad Orográfica y la  Geológica unidas a los cambios climáticos, favoreció el desarrollo de la vegetación de Especies y Razas.
                  El registro de los granos de polen parece demostrar para el sur de la Península un cambio alternativo de formaciones boscosas coincidiendo con los periodos cálidos y húmedos Interglaciares. Como consecuencia de lo expuesto:
, se puede concluir que la Flora Ibérica y en general la mediterránea occidental es una flora relativamente reciente que se ha  originado sobre todo a partir de la última fase del Terciario.
 
 
III )  ARBOLES CENTENARIOS DE CARRIZAL DE LUNA.
 
 
              Su inmovilidad, grandeza y belleza nos atrae y, al mismo tiempo, nos sirve de elemento referencial, pues su longevidad  también nos permite contemplar en ellos el paso del tiempo. El inexorable paso y peso de la vida.
                Estos ejemplares forman parte de la comunidad, de nuestra historia y patrimonio, qué se han ganado la admiración del pueblo. Son singulares, monumentales, notables y destacables. Da lo mismo la denominación que utilicemos. Nos referimos de todas esas maneras de arboles individualizados en su excepcionalidad, tamaño, forma, localización o história.Arboles con nombre propio que han sido contemplados y admirados por decenas
de generaciones de hombres y mujeres anteriores a la nuestra con la  misma generación y
Nostalgia que hoy les recordamos, profundamente enraizados en la tierra, junto a ellos, es imposible no sentir algo muy especial, su energía poderosa, el vigor de su eternidad etc.
                 Otros muchos de estos formidables ejemplares han muerto sin que los llegáramos  a conocer.
 
 
 
IV ) LA MALDICIÓN SOBRE EL ÁRBOL
 
                            El siglo XX, es el siglo de la infamia y de la repugnancia contra la Flora. Los “abuelos centenarios” fueron tratados como testigos despreciables, forasteros, impertinentes y auténticos parásitos de la incomprensión y malévola saña. No hubo piedad  ni justicia, ni altura de miras biológicas, ni aprecio a la belleza natural de un patrimonio  legado por nuestros ancestros  con verdadero cariño. Ellos, los cuidaron con ternura y respeto al paisaje y, vieron en la naturaleza la forma de transmitir al futuro la alegría de la madre naturaleza; pero las generaciones del siglo XX  no lo entendieron y el desastre de la asesina hacha, llevó por delante un patrimonio bicentenario dejando huérfano al pueblo de aquellos árboles singulares e históricos. Citando al filósofo Pitágoras dice: “ Mientras el hombre siga destruyendo sin piedad a los seres de la naturaleza más inferiores, no conocerán  ni la luz ni la paz; pues mientras los hombres masacren los ´arboles se mataran entre ellos “.
                           Esta cita nos pone de manifiesto  lo perverso que puede ser el hombre con sus semejantes y citando a SOCRATES DICE: “ Soy el tábano que Dios ha puesto sobre la naturaleza, y  todo el día y en todas partes siempre estoy aguijoneándoos, despertándoos, persuadiéndoos y reprobándoos “. Es una de esas citas que dejan huellas profundas de reflexión que nos pone de relieve lo importante que es la cultura para cuidar la naturaleza ; pero cuando el hombre a quien se le habla no se entiende , resulta Metafísica.
                           En Carrizal no se entendió el sentido transcendental e histórico de la importancia de éstos árboles centenarios a los que talaron sin piedad. Hoy pocos los recuerdan. Precisamente porque es historia viva de la naturaleza. Quiero traerlo a la memoria de las generaciones que no pudieron disfrutar de  ellos y que algunos permanecen en la toponimia .Los más importantes son:
a)      Rebollón (mato trompudo)
b)      Negrillón ( casa de vitorino)
c)       Nogalona (calle cimera casa de Ursicino)
d)      Nogal de  (Isidoro)
e)      Nogal de  (Dionisio)
f)       Chopón de ( la cebal)
g)      Rebollo de la (Bouza)
h)      Rebollico…(Valdesar)
 
 
V)     ARBOLES  CENTENARIOS EN CARRIZAL DE LUNA.

a)      El REBOLLÓN :    El robledal, varias especies se dan cita en el lugar geográfico para las dos primeras sólo una reseña, porque solamente existe algún ejemplar dentro de un microclima, por ello se establece  esta división en función de la especie dominante; son tres los robledales que se encuentran en el territorio atlántico Ibérico.
1)      Cagigas o Carvallos (Quercus robor), se extienden por la comarca costera y valles con clima menos continental desde Navarra hasta Galicia
2)      Los rebollos  Albares (Quercus Petrea) rara vez coinciden con los anteriores y prefieren los valles interiores más continentales de la Cordillera( en las regueras hay algún ejemplar)
3)       Los robledales de Rebollo Toziu ( Quercus Pyrenaico), que compite con éxito en los puntos de mayor sequía, puede alcanzar los 25 m..Las hojas permanecen en el árbol durante buena parte del invierno, ya secas, imprimiendo a los rebollares un peculiar aspecto durante la estación fría, son densamente peludas y parecen aportar al rebollo una alta capacidad  competitiva en ambientes secos. Los brotes dan lugar a un denso tapiz alrededor del tronco de los árboles adultos. Los montes de robles se recuperan con gran rapidez, si se compara con otros robledales que han de utilizarse para su reproducción, tan solo el sistema de semillas, la expansión es más lenta.
                   Como tantas especies leñosas, su área total, no coincide con la zona donde forman bosques, es decir donde su capacidad competitiva, es alta y puede imponerse a otros árboles, allí en sierras y paramos de la meseta, allí donde la sequedad no es tan elevada como para que las encinas desplacen al rebollo.
                       Se ha señalado con frecuencia que el rebollo rehúye los suelos calcáreos. Su área de distribución  Occidental podría ser un dato a favor de esta hipótesis ; pero no siempre es así.
                       Los bosques asentados en suelos profundos y ricos en nutrientes han experimentado más radicalmente la transformación del medio.  Las fronteras biogeografías no son límites que puedan ser definidos con exactitud, y buena prueba de ello son las numerosas interpretaciones que se han dado al dominio atlántico. Los suelos pueden determinar el tipo de cubierta vegetal , son el resultado de las interacciones que se producen entre la atmosfera, la biosfera y la litosfera. La variedad viene dada por la litología que caracteriza a la España atlántica.
Refiriéndonos concretamente al REBOLLÓN,debo recordar que el nombre del topónimo de la DEBESA, significa zona cubierta de robledal y este puede ser un superviviente de aquella desforestación, hoy convertida en pradera pero lo suyo siempre reclama lo que le ha pertenecido y no tardando mucho tiempo se repoblará de roble.
EL REBOLLÓN  hoy solo perdura en la memoria de mi generación. Localizado a la entrada del (Mato trampudo) , fue un árbol centenario, según la tradición por los abuelos, era de proporciones gigantes, asentado en terreno granítico y en la solana del Molero, donde se muestran las rocas Precámbricas  del Plegamiento Herciniano, periodo antiguo y recio como el roble Toziu o Melojo ; pero se  rindió a la tempestad de la fiera humanidad, despiadada que no  respeta las canas del  “ABUELO” Centenario. 
 
La  cita hermosa de Pitágoras nos demuestra los instintos ciegos que hacen estragos en el medio natural, reduciéndolo al desastre de los desiertos y a una soledad aterradora de la ecología.
                     Nuestra generación no tuvo la suerte de conocer al árbol  “Mágico” y solo los comentarios de los ancianos nos hablan de la majestuosa  copa y belleza, ello ha despertado la curiosidad del ejemplar.
                       Solamente el tocón como recuerdo nos pone en guardia y con ello podemos imaginar el árbol con la fantasía de lo que fue aquel árbol bicentenario.
Sólo los restos muertos representados en aquella naturaleza nos podemos imaginar la belleza majestuosa del árbol dormido en el silencio de la noche oscura del desastre.
                           No hay una historia  clara de cómo fue su desaparición. Unos dicen que el inicio del     proceso fue un rayo que lo abrió  y, esto sirvió para que  los desaprensivos prendieran fuego en su oquedad y de esta forma su vida se fue apagando hacia la muerte definitiva.
                          Siendo niño, mi maestro D. Salvador acudía con una cesta y un hacha para descuartizar los restos del tocón para la lumbre. Cuentan los ancianos que en verano los rebaños de ovejas sesteaban a su sombra. Después casi  cien años de la desaparición, aún se conserva la toponimia del Rebollón, hoy lo remplaza una rebolla guiada por Ursicino, intentando dar continuidad a la toponimia que ya los jóvenes no la recuerdan; pero lo que si se vuelve a repetir es que la  “Debesa” muy pronto volverá a ser un bosque de robles, pues la expansión es imparable, ya no hay animales que lo detengan y, el roble Toziu o Melojo se reproduce por hijuelos que crecen a su alrededor con gran facilidad.
 
 

b)      EL NEGRILLÓN   
 
 
           Nos referimos al “ Ulmus” más antiguo de Carrizal, según me contó el abuelo Vitorio, calculaban a principio del S. XX más de 150 años, hoy pasaría de  220 años o más , con certeza nadie lo sabe. Era un árbol gigante de proporciones enormes, estaba situado en la esquina de la casa de Adolfo, en la parte que da al charcón. En 1955 le llegó la hora fatídica, el pajar del abuelo ocupaba el lugar donde se levanta la obra, al comenzar el derribo del pajar, se arrancó el  gigante árbol. Por aquellas fechas el negrillo gozaba de buena salud, no había penetrado la enfermedad de la GRAFIOSIS. En lo que resta del S. XX Se eliminó la especie, produciéndose una pérdida irreparable para la flora (botánica). La familia  “Ulmáceas, género Ulmus “  (negrillo). Es un árbol de porte elevado y robusto puede medir 25 ó30 m. de altura, se desprenden las hojas para pasar el invierno. El tronco es grueso, derecho, ahuecado en los ejemplares viejos, tal como le ocurrió al negrillón, únicamente los sometidos a las podas. La corteza era de color pardo-grisáceo o pardo-oscuro muy áspera y resquebrajada. La copa era amplia y de follaje denso, largamente ovoide, redondeada o algo irregular, proyectaba una sombra intensa. Tenía un suelo apropiado, fresco y profundo.
                              La madera del negrillo tiene el corazón, con anillos de crecimiento muy marcados y textura algo gruesa, es fácil de trabajar, muy resistente a la putrefacción, se emplea en construcciones  de carros, en “dentales”  de arados de madera, piezas de maquinaria, puertas y ventanas. El banco de carpintería y las puertas carretales de la casa de Adolfo son del negrillón, ello da idea del tronco que tenia. Como todas las talas de árboles es un atentado contra la naturaleza y, solo hoy pueden recordarlos las generaciones ancianas, el resto ya no  les  suena  y, lo que es peor es que han desaparecido aquellos frondosos negrillos de los alrededores del pueblo, donde se nutrían de las hojas para los cerdos y  la poda de los  “fuyacos” para la alimentación de ovejas y cabras durante el largo invierno. Esta riqueza y maravillosa flora ha desaparecido por la desgracia de la enfermedad llamada  GRAFIOSIS, producida  por un HONGO  de la familia de las  que obstruyen los vasos y hace que la OFIOSTOMATÁCEAS que se sequen las hojas-. Se transmite por medio de escarabajos que hacen su puesta en la corteza del olmo, las  esporas se liberan en los túneles que excavan las larvas y, los escarabajos adultos infectan nuevas ramas, al perforarlas para alimentarse. Por este motive se han  introducido una  especie más resistente a la enfermedad como  la  ULMUS PUMILA “.Esta es la nueva esperanza de recuperar este árbol y, que hoy solo tenemos el recuerdo y la nostalgia de algo que se ha perdido en la familia Botánica. Era el albor que presidia las plazas más representativas de nuestros pueblos y villas. La lucha contra la enfermedad resulto fallida.
 
 
c)  LA  NOGALONA.
 
                En Carrizal existieron  tres nogales centenarias todas en la "cimera" del pueblo, precisamente en terreno calcáreo donde prospera este tipo de árboles.Las tres cayeron rendidas a el hacha asesina del hombre, fue una desgracia ecológica y, hoy solo permanece el recuerdo  de los mayores; pero lo que era espectacular era la “nogalona” de la calle cimera, donde está la casa de Ursicino, era propiedad de Victorino Muñiz. Nadie sabe la edad, pero todos los cálculos dan unos 200 años. Era un ejemplar único, el tronco no lo abarcaban tres hombres y su copa tomaba toda la plaza, en verano el olor cubría todo el ambiente, era una aroma especial en días de fuerte calor resultaba un lugar apreciado para descansar ,en la siesta acudía a la sombra el rebaño de ovejas sobre todo cuando la Escrita estaba de valdío.
                 La producción de nueces en años Buenos, se cargaba un carro con cebatos. En mi infancia , recuerdo que mis padres y la Tía Aurelia decidieron recoger la cosecha mientras la gente  acudía a misa  a Irián, hubo Nueces para todo el año y para regalar.El abuelo Vitorio cuidaba la cosecha y se respetaba la propiedad; pero un (buen día o malo )  apareció  un maderero que se enamoró del precioso árbol, por un lado las necesidades económicas y la falta de conocimientos ecológicos dieron las causas propicias para consumar el “crimen” a la naturaleza y un castigo a la flora más Hermosa de Carrizal. Tanto Fue el interés del maderero que impuso la obligación de arrancar el árbol para aprovechar el tronco. Adolfo (padre) Y  un señor de Lautrera efectuaron la operación de derribo con una excavación enorme hasta que el “abuelo bicentenario”  cerro sus ojos al cielo y su   sombrero se desparramó por la plaza con un suspiro de viento que sacudió el polvo de la  plaza. Los  “guajes” contemplamos la muerte de la nogal con tristeza, ya no habrá más nueces ni las regañinas y carreras de Vitorio; todo quedó en silencio, los rayos del sol ya no eran frenados por la fronda de la gran copa de la Nogalona, sentimos que algo se había muerto en el pueblo y, solo el recuerdo nostálgico de los mayores lo recuerdan. Los jóvenes se sorprenden al oír hablar del famoso árbol, mágico bicentenario.
En esa época los caminos eran de carruaje y no entraban los camiones. El trasporte de los dos rueldos hasta Villarroquel lo realizo Adolfo y su mujer con dos carros  por el precio de 500 pesetas.
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d)  EL  CHOPÓN (La acebal)   
 
                      El chopo  es un árbol robusto que puede alcanzar hasta 20  ó 30 m. de altura, con copa amplia, ovoide-cónica o muy estrecha, florece por febrero o marzo y desimina las semillas en abril o mayo. Se  cría en los sotos y  riberas de los ríos entre nivel del mar y unos 1500 (1800) m. de altura. Habita en gran parte de la Península Ibérica. La poda del chopo le perjudica para el crecimiento sin nudos ; pero es muy apreciado como forraje invernal para ovejas y cabras. La Madera es ligera, blanda, blanca , o rosada, de textura fina y uniforme, buena para tablones, cajas y para elementos estructurales que no tengan que soportar pesos para armantes, puertas ventanas y todo tipo de muebles. El chopo es fácil de reproducirse por estaca.
                            Una  vez descrito las características del chopo en general, nos referimos al CHOPÓN como el árbol más representativo de la cebal.
                           Según un documento de 1770 el término de (lacebal) fue un bosque de acebos, de él se conserva el topónimo, lugar que refuerza la toponímia de Miravalles, en la confluencia del arroyo del  abesedo y de valcabao donde se encuentra la cebal, antes de la desaparición del árbol era un lugar paradisiaco de una campera, con agua para los ganados y fuente para las personas y, un lugar para sestear el rebaño de ovejas y cabras, era un paisaje maravillosos. Hacia 1940 comenzó el azote contra los árboles más representativos de la zona y, por desgracia le llegó el turno a este magnifico ejemplar, el autor del “ magnicidio” fue Emilio Brea, la hazaña fue muy comentada, las dimensiones del tronco eran enormes, no lo abarcaban tres hombres, pasaba con mucho los cien años. Para cargar los troncos los  serraron a lo largo. El espectáculo duró más de una semana y, lo que es peor fue el principio de la destrucción del paisaje con las siguientes cortas de lo que era un verjel que le daba vida al valle donde la alineación de la vista de los chopos daba una armonía al paisaje verde en contraste con los flancos resecados del estío veraniego.
                         Hoy da pena contemplar aquel espacio convertido en un desierto, ya no hay choperas, no hay frescura ni sombras para  la siesta, todo es  soledad y tristeza, al recordar lo que fue y lo que es hoy , no puede  uno más que sentir amargura y desolación. Se propuso volver a plantar una chopera ; pero los intereses de los vecinos no se pusieron de acuerdo y por su negligencia hoy ya no tiene remedio. La capa freática ha desaparecido, la fuente se seco y, aquel espacio de la cebal es un desierto ecológico sin paliativos, todo comenzó con la tala del Chopón y ya se hizo imparable . El planteamiento del embalse del río Omaña , alarmó a los vecinos de Carrizal y el simple anuncio dio pie para talar el valle sin piedad. Nadie ha vuelto a plantar árboles en el lugar, por lo que resulta desolador recordar aquella chopera alineada que rezumaba  alegría, frescor y hermosura. El hombre es capaz de destruir el paisaje y de remediarlo ; pero en este lugar ni lo intento .Si los que nos precedieron hubieran pensado lo mismo, no hubiéramos disfrutado de esa belleza
 
 
 
e)     EL REBOLLO DE LA BOUZA.         
 
El topónimo BOUZA Significa terreno roturado, desforestado, cambio de vegetación. Todo indica que los dos robles existentes, serian  los testigos  de un pasado que, nadie recuerda. Estos dos eran muy antiguos, posiblemente más del centenar. La Bouza es una cuesta muy pendiente desde Miravalles hasta la campar del madero ; en la mitad de la cuesta  se encontraba el famoso árbol, en ese espacio no existía ninguna sombra, él era el único refugio para los viajeros que necesitaban un descanso y respiro de la tremenda cuesta, tenía una amplia sombra proyectada sobre la campera. Era el punto referencial de mitad de la cuesta para los carros de Madera o de otros  Productos . El recuerdo de un árbol mágico como éste respira  tristeza y profundo respeto al desconocimiento de la belleza y de quien gozó quemándolo como si fuera una valentía, tan torpe como maléfica una inquina contra la naturaleza. Con su desaparición, se rompe la toponímia y ya nadie dirá que la mitad de la cuesta la representa el rebollo de la Bouza. Cuantos ancianos y pastores meditaron a la sombra de esta joya e incluso alguna placida siesta.
     Ocupaba un lugar estratégico. Recuerdo que decían que hasta el fuego le costaba penetrar en el corazón del “abuelo”, por ello su agonía se prolongo varias semanas, hasta que las cenizas borraron el rastro, fueron unos despiadados e incultos, poco generosos con el paisaje y el desprecio a la tradición histórica de nuestros ancestros, ellos si lo hicieron con generosidad y altruismo.
 
 
f)  EL  REBOLLICO (Valdesar)
 
          Situado en una pequeña cuesta entre el falechar y las Comunias, se ubicaba un roble Viejo, retorcido por la poda y la vejez, al lado del camino carretal con una “besana” peligrosa para los carros, estaba en el centro del vago, . En tiempos de la siega del pan, cuando se segaba a hoz, no se regresaba a casa a la siesta pues se consideraba que se perdía mucho tiempo. A la hora de la comida era la sombra más solicitada para comer y dormir la siesta, a veces se reunían dos o más familias en ese receso tan importante para reponer fuerzas para la jornada de la tarde. Esta costumbre ha desaparecido con la mecanización del campo y con ello se ha cerrado un periodo de sacrifico y miseria ; pero lo que interesa resaltar es la desaparición de un árbol  centenario y con ello la toponimia (del rebollico). El final fue la  hacha maldita conducida por la voluntad del hombre
 
 
 
                                      
                                                                      BIBLIOGRAFÍA
MELENDEZ, Bermudo y FUSTER, José Mª, 2º edición ,Geología, Madrid 1969.; LÓPEZ, Ginés, Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica y Baleares, Madrid  2010 3ª Edición ;JAVIER PALACIOS, César y REDONDO, José Ignacio, Guía de los árboles singulares de España ( El País 1997)

 

 

 

 

 

                                                                                                                  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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